Cuando Yo Encontré Jesucristo Mi Testimonio

My Testimony.
A short account of
how I came to know
Jesus Christ.

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Cuando yo tenía catorce años yo vivía con mi papá en casita con un cuarto. Mis padres son divorciados. Durante eso tiempo mi papá y yo vivíamos con ciento dólares por la semana. No estaba mucho pero nosotros lo hicimos. Dos de mis padres me amaban mucho pero era así muchos años más tarde después de yo comprendí esto. Ya yo había escogido el camino que lleva destrucción. Yo estaba enfadado con mi mamá porque ella me había pateado afuera de su apartamento. Mi frase favorita era ¿qué me importa? En mis ojos, pareció que nadie no se importaba. Yo estaba deprimido la mayoría parte del tiempo y odiaba para estar sobrio. Yo hacía lo que yo podía para escaparme de realidad y escaparme de las sensaciones del daño, del miedo, y del rechazamiento. Como el tiempo pasaba mi corazón se hacía más endurecido y más endurecido. Mi vida era muy difícil pero yo lo hacía.

Una cosa que yo me acordaré por siempre es un pedazo de escritura que mi papá había puesto arriba de la mesa. Dijo, "Porque ¿qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma?" De alguna manera, yo me acordaba siempre ese pedazo de escritura y yo sabía que si yo perdí mi alma, mi vida entero no habría sido para nada. Yo creía que desde yo sabía que Jesucristo murió en la cruz para mis pecados que yo estaba bien y yo ponía de estar serio con El Señor. Yo hice la decisión que yo trataría de Dios cuando yo tenía todas las otras cosas arreglaron en mi vida. Si yo solamente había sabido que solamente El Señor tenía la capacidad para restablecer mi vida.

Las drogas alucinógenos tal como los hongos y ácido fueron mis drogas de selectos, pero yo tenía mi porción de la cocaína, la marihuana, el cristal, el éxtasis y si había una píldora que me hacía colmo la tomé también. Yo podría decir muchas cuentas sobre esto pero este es la historia más importante de mi vida.

Cuando yo tenía veintitrés años, yo estaba trabajando para una compañía grande y yo era un gerente de servicio. Yo había llegado de una ciudad que se llama College Station, estuvimos ayudando otra tienda con su inventario. Yo salí esa misma noche para jugar billar. Yo tenía pocas cervezas y entonces yo decidí que yo quería algo más. Entonces yo fue a la casa de mi amigo y compré unos pocos pedazos de ácido y regresé a mi casa. Yo coloqué yo mismo en el sofá y pasaba las próximas cinco o seis horas leyendo un libro escrito por Hermann Hesse que se llama "Demian." Después de que yo leí ese libro yo tenía mucho miedo. Yo tenía una visión de yo mismo yendo hacer la guerra como durante la Apocalipsis o algo semejante, pero yo estaba luchando contra El Señor y la cosa sola que yo tuve eran algunas piedras. Yo pensaba a mi mismo "Qué podría yo hacer posiblemente contra El Señor con algunas piedras." Yo me daba cuenta que yo estaba luchando en el lado equivocado y no iba a ir bien para mí. Yo no tenía ninguna idea lo que hacer. Pánico y miedo me agarraban. Yo sentía como si los demonios estaban tratando de agarrarme y arrastrarme al infierno. Yo estaba luchando quedarse consciencia. Yo tenía miedo que si yo deje ir de yo iría loco.

Yo trataba de leer la Biblia pero que hacía mis miedos peor. Yo buscaba algunos casetes de sermones que mi madre me había dado. Yo encontré uno que aparecía como el uno que yo necesitaba. Se llamaba "Qué pasa cuándo tú paras corriendo lejos de Dios." Yo lo ponía en mi estéreo y escuchaba. Este me dio una poquita de la paz.

Estaba allí, acostándose enfrente de mi estéreo que yo encontré la razón para vivir. Estaba en el piso, mientras yo escuchaba eso hombre predicar que yo comenzaba ver cómo malvado que yo fui, y que mi entero existencia hasta que ahorita fuese una abominación en la luz del Autor de toda creación. Estaba allí en el piso que la verdad fue revelada a mí. Todos los motivos, todos los propósitos y todos los deseos de mi corazón estaban expuesto frente Del Dios Vivo. El esencia de mi existencia estaba acostado visible a los ojos de quién yo tengo dar informe. Yo vi. que yo merecía el castigo lleno para mis pecados, que yo violaba en llena la ley de Dios. Yo me daba cuenta que el solo castigo para mi pecado fue pasar eternidad condenado, en separación de Dios, en los hoyos abrasadores de fuego y azufre, y donde la cosa más cercana de confort es el llanto y el crujir de los dientes. Yo vi que este fue el solo manera que la justicia podría ser cumplido para mi rebelión contra Dios y para negárselos amor y obediencia y declarando mi independencia de él.

Como yo me acostaba allí en el piso él sólo pareció justo y recto que yo debo ir al infierno. Ah cómo yo había apenado a El Señor con mi vida rebelde, con mi anarquía contra Él, tratándole como si Él estaba alguna parte de un cuento de hadas y viviendo como si Él no existió y volviéndose Su enemigo. Yo había amado los pecados que Dios había odiado tan mucho. Él me había llegado a mi corazón tan muchas veces. Él había enviado gente a dar testimonio de Su amor para mí, traerme adentro como Su propio, pero yo no había querido nada hacer con Él. En lugar de yo quería tener mi porción de comiendo y bebiendo y placeres mundanos. Yo quería hacer lo que yo quería hacer y no ser dictado por la ley de Dios. En mi corazón yo no había encontrado ningún lugar para Dios.

Yo acostaba allí en el piso con la presión pesada del juicio de Dios en mi corazón, frente a los hoyos del infierno. ¡Ah, cómo yo no quería ir! Si sólo había alguna otra camino, si sólo había algo que podría ser hecho pero no había nada. Yo fui condenado, esto tiempo había ido demasiado lejos. Él no me permitiría a ir esto tiempo como antes, cuando yo había dicho que nunca yo lo haría de nuevo. Tan muchas veces había encontrado yo mismo en una situación desesperada y lloré a Dios para ayuda diciendo "Yo pararé, haré lo nunca de nuevo pero ahora ayúdame esto tiempo," pero yo no paré nunca, seguí pecando. Entonces el alma despreciable, ciego y desnudo que yo era él empezaba llorar y sollozar. El Señor conocía todos de mis pensamientos escondidos y secretos y mis deseos y propósitos escondidos y secretos. Nada era escondido de Él. ¡Ah, cómo avergonzado yo era! Todos yo quería saber era cómo ser salvado de este final miserable.

El pastor en el estéreo él hablaba sobre arrepintiéndose de el pecado y renunciándolo. Yo suplicaba Dios "Ah, si solamente que yo había sabido de la severidad de las consecuencias de lo que yo estaba haciendo." Pero yo había sabido y todavía yo había escogido la vía que termina en destrucción. El Señor me quería renunciar mi pecado, pero yo amaba mi pecado. La pensamiento de renunciando todas las cosas que yo había amado hacer, la música, las drogas, el beber, el fumar y la fornicación parecía imposible. Era mi vida, yo no conocía ninguna otra manera. Pero era tiempo para renunciarlo o sufrir las consecuencias. El Señor no me permitiría continuar pecando como esa ninguna más. Yo escogí arrepentirse. Yo Le dije "Tu eres El Señor y yo lo cederé todos y yo haré lo que Tú me quieres hacer." Entonces le preguntaba perdonar mis maneras malvadas.

Entonces como yo me acostaba allí en el piso todavía sollozando, yo empezaba ver la perfección y la belleza del amor del Dios para mí. La luz comenzaba penetrar la oscuridad de mi corazón y una inundación de emociones calientes agarraban mi cuerpo. El peso de convicción comenzaba aliviar. Estaba allí en el piso, las lágrimas corriendo abajo mi cara, que yo veía la razón verdadero porque Dios envió Su Hijo a este mundo. Fue para los pecadores terribles que son no buenos y viles como mí. Que por Su muerto yo debo ganar la dádiva de vida, Él había pagado el precio para mis pecados y llevó mi iniquidad en la cruz a La Calavera. Él me ama que mucho. Mientras me di cuenta esto yo comenzaba reír con las lágrimas del júbilo. No había nada que yo podría he hecho salvarme del infierno, pero Dios ya lo había hecho. Yo me di cuenta que no era solamente creyendo de Él, pero conocerle y ceder en sumisión. Finalmente yo entendí el himno viejo "Sublime gracia del Señor que un infeliz salvo Fui ciego mas hoy miro yo perdido y el me hallo."

Ahora te pido ¿Donde estás con el Señor? ¿Conoces tú Jesucristo? Él dijo No todos que dicen "Señor, Señor" entrarán el reino del Dios, pero él que hace la voluntad de Mi Padre. Muchos dirán en eso día "Hizo nosotros no hacemos todo estas cosas maravillosas en Su nombre" pero Él dirá "Parta de mí los trabajadores de iniquidad yo no te conocía nunca." Somos dicho en la Biblia que él que dice: "Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él." Somos dichos también, "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él." Jesucristo nos ha llamado ceder nuestras vidas mundanas y servir Dios. Algo que tú encuentras más importante que Jesucristo es un ídolo. Piensa tú en lo. ¿Hay algo en tu vida que no cedería para Jesucristo? ¿Qué sobre tu casa, tu trabajo, tu carro, tus amigos, ropa, la televisión, la música? Algo que tú no quieres ceder es un ídolo y tú no eres digno de seguirle, hasta tú lo colocas a los pies del Señor en sumisión. Nuestro Dios es un Dios celoso y no tendrá otros dioses antes Él. Un hombre no puede servir dos maestros, cualquier él amará uno u odiará el otro. Un amigo del mundo es un enemigo de Dios. Jesús dijo, "El que hallado su vida, la perderá; y él que perdido su vida, por mi causa, la hallará."

Hemos sido comprados con un precio, no somos nuestro propio. Dios pagó para nos con la sangre preciosa de Su hijo Jesucristo. Eres en rebelión total contra Dios hasta tú paras jugando dios con tu vida y póngala en los manos de quien la pertenece. Mientras tú continúas rebelarte contra Jesucristo, eres negándole la gloria, la obediencia y el amor que El merece. Dios odia pecado y todos tus pecados serán expuestos frente de la luz y serán juzgados a menos que arrepiéntete. Porque la paga de pecado es muerte. Jesús dijo, "Porque ancha es la puerta, y espacioso es el camino que lleva a perdición, y muchas son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan." Jesús es la vida, y el único camino a Él es por arrepentirte de tu pecado, renúncialo y déjelo ir para bueno. Sea obediente y haz lo que Jesucristo te dice hacer. Jesús murió para ti para que puedas tener vida eternal. El Apocalipsis 21:8 lee: "Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre." ¿Así pues, qué vas tú a decir en el día del juicio? ¿Qué excusa darás tú para tu pecado? Es la hora que tú haces una decisión: ¿Vas tú a servir el mundo y Satán? o ¿Vas tú a servir del reino de Dios y Jesucristo?

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